lunes, 22 de octubre de 2007

El aciago camino de resistirse a ser lo que se es

Ayer estaba jugando a la pelota en un nivel impensable en mi, al punto de que sin haber metido un gol me había llevado varios aplausos (sobre todo con una habilitación espectacular, de esas pelotas lentas que cortan las defensas despacito y llegan al delantero justo para que meta el gol).

Claro que esto no podía continuar, mi moira establece con claridad que yo no puedo jugar bien al fútbol, entonces en la jugada en la cual osaba con mayor soberbia trascender mi ser natural, luego de eludir dos jugadores con elegancia se me fue la pelota un poco larga, sin embargo la corrí, el arquero salió y me golpeó con su rodilla en mi cuadriceps derecho, que estaba flojo ya que yo estiraba la pierna izquierda para alcanzar el balón que obviamente no entró al arco. Me cai al suelo y empecé a gemir de dolor como el maricón que soy. Trate de seguir un rato esperando que se me pasara, pero caminar incluso me dolía, así que salí de la cancha a buscarme una bolsa de hielo.

Anoche mi hermano me diagnosticó por mensaje de texto (mi hermano es casi médico), puede ser que me haya desgarrado. Claro está que me siento un idiota, un idiota que tiene que hacer reposo.

Mi estado físico nunca fue una maravilla, pero creo que hoy por hoy está peor que nunca. Hasta los 15 años jugué al hockey lo que me inició en ejercicios de elongación, contracturas y golpes. Cuando dejé hockey empecé natación, que por momentos puede ser un toque aburrido pero debe ser por lejos el mejor ejercicio que practiqué: sin contacto, integrado, completamente relajado. Cuando empecé el CBC dejé, ese año no hice nada. El año pasado fui al gimnasio desde febrero hasta diciembre más o menos, no lo volvería hacer por nada del mundo: es aburrido y doloroso, aunque rescaté algunas anécdotas graciosas.

Este año caí en el más triste de los sedentarismos. Por eso arreglé mi bicicleta, hasta hace dos años andaba muchisimo en bici, era casi terapéutico. Andar en bici me gusta incluso más que nadar porque además de ser bueno para el cuerpo y realmente simple de técnica (y sí, "es como andar en bicicleta"), permite ver. Ver pedazos de escenas durante unos segundos, ser una línea que une puntos, con cada paseo una nueva constelación arbitraria de imágenes más o menos nuevas, más o menos conocidas.

En mis épocas más rabiosas de ciclismo iba desde mi casa a la estación de Lanús en 40 minutos. El recorrido incluía pasar por mis calles favoritas de Lomas y Banfield y comprometía 5 estaciones de trenes (Temperley-Lomas-Banfield-Escalada-Lanús). Calculando rápidamente creo que son 70 u 80 cuadras. Es probable que esté exagerando. Igualmente ese es el objetivo, volver a hacer el recorrido Temperley-Lanús-Temperley sin morir.

La semana pasada planeé despertarme todos los días a las 10 para andar una o dos horas antes de ir a la facultad y de a poco retomar el ritmo. Acá estoy ahora, haciendo reposo y siendo un boludo.

2 comentarios:

r dijo...

La facultad y mi animo me llevan al sedentarismo. Solia jugar (durante 3 años) al paddle 1 vez por semana 3 horas, e intente hacer bicicleta (durante 2 semanas hacia 10km diarios -no incluia fines de semana-).
Pero prefiero leer.
No te sientas boludo, el sedentarismo es la deixis de clase mas evidente y gustosa.

Yoshimi dijo...

Toda mi vida fue una persona sedentaria pero este año comencé a hacer mucha actividad física y puedo decir, al mejor estilo Revista CARAS: "Hoy no concibo la vida sin actividad física"

¿Jugando al hockey?