sábado, 28 de marzo de 2009

Usted cree que puede cursar cuatro materias

Sí, cuatro. Literatura Brasileña y Portuguesa (al parecer la estrellita del cuatrimestre), Literatura Española I, Filosofía del lenguaje y Didáctica General.

Ya que vamos a hablar, empecemos por Filosofía del Lenguaje. Recomendada por el zorro. Primera materia de otra carrera (probablemente la única), de donde se sigue, oportunidad para abrir conjunto potencialmente infinito de observaciones sagaces acerca de las diferencias entre Filosofía y Letras (no confundir con Filosofía y Letras). Espero descartar esta posibilidad, los comentarios oportunos pueden ser entretenidos pero a la larga el ahogo endoxal lo arruina todo (ya no se puede pensar por el asco que da las propias ideas vacías de contenido y encima, lo que es peor, con la misma forma).

¿Por qué la curso? Dentro de la orientación de Teoría Literaria figura el requisito: "un curso de Filosofía, Epistemología, Lógica o Estética o bien Historia del Arte. ¿Por qué la curso? Es P.D. ¿Por qué la curso? Seducen con la capacidad de Moretti (titular) para razonar. ¿Por qué la curso? Quizás la pretensión de seguir el hilo de los razonamientos del zambullista sin que me duela la cabeza. ¿Por qué la curso? Por amor al sonido y a los grafemas de "Wittgenstein". ¿Por qué la curso? Ah...

Las primeras impresiones dictan que me va a freir la cabeza en su primera mitad (Frege, Russel, Wittgenstein, Kripke). La segunda parte es más familiar (Austin, Grice, Quiney, más), aunque probablemente tampoco sea fácil. Me llama la atención el hecho de que, no sé si será una costumbre en Filosofía o algo particular de Moretti, la materia propone el desarrollo de los problemas de una forma excesivamente minuciosa y crítica. Además Moretti de entrada robó mi corazón con una antididáctica rebeldona (acostumbrada en las eminencias puaners, pero no por ello menos deliciosa cuando se presenta con estilo) y un humilde desapego a la bibliografía que favorecen el detenimiento en el problema del lenguaje más allá de lo que dijo tal o cual.

Lo más interesante (por ahora, cuando las clases aún no tomaron el ímpetu de abril o mayo) es cuando un alumno hace una pregunta o cuestiona algún razonamiento apelando a otro saber. La sensación de no tener ni la más mínima idea de qué están hablando es algo que es difícil de conseguir en una materia de Letras a esta altura del plan. Quiero decir, puede no entenderse una idea de algún autor más o menos enroscado (Derrida, Lacan, etc..) pero uno siempre tiene el norte de saber sobre qué se está discutiendo. Acá no, constantemente se dan brisas de incertidumbre a las que no puedo asignar mucho sentido. El miércoles me pasó bastante (el lunes casi nada) y supongo que se repetirá en todo el cuatrimestre (seguramente me ocasionará angustia en algún momento). Mi reacción por ahora es la risa, me divierte pensar en la estupidez de la jerga académica. Y sobre todo en lo estúpido que soy por cómo me emboban los giros del juguete preferido de los estudiantes de Letras: la Filosofía.

¿Por qué la curso? La anterior no es una risa de desprecio, tengo pretensiones claras de dominar un poco ese código.

¿Por qué la curso? Quizás para reirme mejor de cosas como ésta: