jueves, 16 de febrero de 2012

Recepción

El principio consistía en mi mamá ayudándome a vestirme. Yo salía de la habitación, bajaba una escalera y todos me aplaudían. Era un salón lleno de amigos alrededor de unas mesas con caballetes, todos aplaudiendo de pie. Estaban celebrando mi recuperación. Yo estaba emocionado y contento, pero sabía que no tenía que olvidar lo que estaba soñando para contarle al profesor. Mi mamá estaba conmovida también. Yo les agradecía y sobre todo le agradecía al profesor, sin cuya asistencia no podía haberme recuperado. Algunos invitados me vestían con bloques de plástico amarillo, y me convertía parcialmente en cyborg. De repente estaba de nuevo escaleras arriba, en la habitación, con el profesor y trataba de contarle el sueño de la bienvenida. El profesor intentaba escucharme pero lo notaba distraído. Volví a bajar la escalera y entre la recepción esta vez notaba a Matías Delgado quien me saludaba con muchísimo afecto. Con él estaba su prima, que era igual a él pero trasvestido. Regresaba a la habitación y contaba la variante, el doctor veía mi sueño proyectado en la pared y quedaba embobado. Le preguntaba cuánto había dormido esta vez, si cuatro días, una semana o más. Pero el doctor no me contestaba, en cambio me confesó que la mujer de mi sueño había sido un gran amor, una ex paciente. Me cuenta que soñaron juntos cuatro meses seguidos, que fue un escándalo en su momento. Incluso salió en los diarios y tuvo que dejar por un tiempo la profesión. Yo veía en mi mente (o soñaba) la tapa del diario en la que los veía a los dos fotografiados en blanco y negro por sorpresa. Volvía a soñar con mi bienvenida, pero esta vez, antes de abrazarme con los que me recibían, me subía a un banco y trataba de decirles que les agradecía pero que era una falsa alarma, tan solo otro sueño. Despertaba de nuevo con el profesor y los dos conveníamos en que mi recuperación estaba cerca. Seguí soñando con la fiesta.