He pecado tres veces. La primera fue el viernes pasado, a mi suculento meñique de la mano izquierda se le habia desprendido una puntita, tire de ella y me comi esa uña con un placer inmenso. Después vino la culpa, claro. Las otras veces fueron menos graves. La del anular derecho que habia crecido muy despareja practicamente me obligaba a emprolijarla con los dientes (al principio de este desafio de autosuperacion personal, digna de un libro de autoayuda [1], me habia propuesto hacer esto con un alicate, y lo hice un par de veces, pero ultimamente las ansias me vencen antes) y en uno de esos precisos cortes quirúrjicos me venció la fuerza del deseo y arranqué un buen pedazo. El último, el menos grave, fue un pedacito de la uña del índice derecho que se me quebró y tuve que amputar. Larisa dice que tengo que cortarmelas, que ya las tengo muy largas. Para mí se equivoca, aun hay varios milimetros entre el borde de mis uñas y el borde de mis dedos. Ella se deja malguiar por el grosor de la porción blanca de uña, lo que sucede es que tras años de desfigurarme los dedos he ido bajando la parte de la uña que está pegada a la carne (no estoy seguro si un no comensal [2] de uñas entendería este fenómeno del todo).
Pero por otro lado las demás uñas estan larguísimas, sobre todo las de mi mano izquierda. He disfrutado en estos días de pequeños grandes placeres como rascarme la cabeza, sacar la punta de un rollo de cinta scotch, raspar una tarjeta telefónica, levantar una moneda de 10 centavos.
En otro recorrido de la enkrateia, hoy empecé natación. Mi idea es ir todos los días una hora. Mi marca inicial fue de 26 piletas, muy poco, pero si se tiene en cuenta que hace un año y medio que no hago actividad física alguna y 3 años desde que dejé natación no es una mala marca. Notable la perdida de fuerza en los brazos y el cansancio que sufro en general. Supongo que en dos semanas volveré a nadar más o menos como antes y quien sabe si mi columna no retardará su proceso de encorvamiento.
[1] ¿Valdría la pena escribir un inane best-seller de 200 paginas cuyo título tentativo podría ser "Diario de un ex-comensal de uñas" o "Uña corta, uña larga" o "28 días sin uñas" o "No te comas las uñas!"? Quiero decir: ¿el dinero conseguido repararía el flagelo emocional e intelectual de haberle dado al mundo otro pedazo de mierda que masticar?
[2] A propósito de este lexema: la vez pasada utilicé el neologismo comedor de uñas sin percatarme en el uso común de comedor (como locativo). Comensal sería el uso más extendido pero no cuadra con lo que quiero expresar porque alude muy directamente a la comida. Por otro lado es una falacia decir que yo me comía las uñas porque por lo general el método constaba en morder una punta, arrancarla tirando (siguiendo la veta) y morderla entre los incisivos hasta reducirla a un polvo ensalivado que luego escupía. Mejor me cuadraría entonces el término mordedor de uñas, pero este suena demasiado extraño, incluso dejaría pensar que he mordido más que mis propias uñas (cosa que, obviamente, he deseado, puesto que morderse las uñas es también un acto erótico). Como verán es mucho más facil ser un bebedor o un drogadicto porque en principio se es algo, en cambio nosotros carecemos de una identidad establecida.
Pero por otro lado las demás uñas estan larguísimas, sobre todo las de mi mano izquierda. He disfrutado en estos días de pequeños grandes placeres como rascarme la cabeza, sacar la punta de un rollo de cinta scotch, raspar una tarjeta telefónica, levantar una moneda de 10 centavos.
En otro recorrido de la enkrateia, hoy empecé natación. Mi idea es ir todos los días una hora. Mi marca inicial fue de 26 piletas, muy poco, pero si se tiene en cuenta que hace un año y medio que no hago actividad física alguna y 3 años desde que dejé natación no es una mala marca. Notable la perdida de fuerza en los brazos y el cansancio que sufro en general. Supongo que en dos semanas volveré a nadar más o menos como antes y quien sabe si mi columna no retardará su proceso de encorvamiento.
[1] ¿Valdría la pena escribir un inane best-seller de 200 paginas cuyo título tentativo podría ser "Diario de un ex-comensal de uñas" o "Uña corta, uña larga" o "28 días sin uñas" o "No te comas las uñas!"? Quiero decir: ¿el dinero conseguido repararía el flagelo emocional e intelectual de haberle dado al mundo otro pedazo de mierda que masticar?
[2] A propósito de este lexema: la vez pasada utilicé el neologismo comedor de uñas sin percatarme en el uso común de comedor (como locativo). Comensal sería el uso más extendido pero no cuadra con lo que quiero expresar porque alude muy directamente a la comida. Por otro lado es una falacia decir que yo me comía las uñas porque por lo general el método constaba en morder una punta, arrancarla tirando (siguiendo la veta) y morderla entre los incisivos hasta reducirla a un polvo ensalivado que luego escupía. Mejor me cuadraría entonces el término mordedor de uñas, pero este suena demasiado extraño, incluso dejaría pensar que he mordido más que mis propias uñas (cosa que, obviamente, he deseado, puesto que morderse las uñas es también un acto erótico). Como verán es mucho más facil ser un bebedor o un drogadicto porque en principio se es algo, en cambio nosotros carecemos de una identidad establecida.