miércoles, 2 de julio de 2008

Aprender a amar la bomba

¿Cómo llegué a este punto? Hoy mis compañeros de Lingüística Interdisciplinaria entregan sus monografías. Por gracia divina yo (y toda mi comisión) puede entregarla el sábado. Hace dos meses que "empezamos" el trabajo, pero yo no tengo escrita una sola línea. Es de las más largas que me tocó hacer desde que estoy en la carrera (de 4000 a 6000 palabras) y la primera (y única) de la orientación Lingüística.

Yo tengo una capacidad especial para ponerme en estas situaciones límite. Todo o nada en unas cuantas horas, salvar un error atroz (elegir hacer esta materia) o fallar y meter sólo una este cuatrimestre. Sería una picardía tirar el milagroso 8 del primer parcial y el aceptable nivel del segundo (aún no corregido). Pero no bajo los brazos: supongo que con un 6, quizás incluso con un 5, puedo promocionar. Pero ¿qué funciona en mi psicología como para dejar todo para el final? Y cada vez reducir más ese tiempo final, necesidad de un esfuerzo cada vez más heroico, más Jack Bauer.

El lunes entregué el domiciliario de Siglo xx. Terminé de redactarlo a las 5 de la tarde y lo entregué a las 7 y media (tuve dos horas de viaje por el paro de subtes).
Pareciera que no puedo detener la bomba si no es cuando el reloj se pone en cero.





2 comentarios:

La dijo...

ya me parecía que lo rojo no se achicaba a medida que pasaba el tiempo...
asi no es tan caótico
(igual llegaras ñoño)

J la Rata dijo...

me pasa lo mismo. maldita mierda desesperante.

por cierto, que onda ese spam al final de la entrada?