sábado, 14 de junio de 2008

One love (we love shkler)

Ayer a la noche ibamos a jugar al poker, pero la emoción por el ¿estreno? de The beast with a billion backs terminó apilándonos uno a uno frente al monitor. Yo había bajado la película el miércoles, bastante de pedo la había encontrado googleando el nombre de la peli para ver cual era la fecha del lanzamiento. El torrent, recuerdenlon, es éste. La vi el viernes a la mañana y para la tarde ya existían los subtítulos al español.

El Duque fue el que más hinchó con verla en vez de jugar, pero hay que decir que nadie se opuso, incluido yo que la había visto la misma mañana. Lo que pasa es que estás cosas son el triple de buenas cuando las ves con alguien y te reís acompañado. Más cuando todos estóbamos freakeados tanto por Futurama como por la novedad.

Dejaré de lado los spoilers por el momento, pero sólo quiero decir que el objeto de discusión a lo largo de toda la película no pudo llegarme en momento más oportuno, cuando el debate por la monogamia está más candente que nunca entre mis amigos puaners. Sólo adelanto que soy un ferviente defensor del speech final de Bender, que se la banca por foucaultiano.

Después de la proyección nos fuimos a Bordeaux a comer maní con limón mexicano (cortesía de Larisa). A Juan (dueño de Bordeaux) le encantó la idea y le tiró limón a la bolsita de maní nacional que tenía, aunque sigue sin saber como se llama Lari y en un momento le dijo "Laisa". Tomamos poco en Bordeaux para lo ebrios que solemos ser. Es el frío y el haber elegido cerveza cuando lo más lógico hubiera sido tomar vino. Pablo me habló un poco de cómo es el trabajo de redacción en Lazer (sorpresivamente para mí es fuera de las oficinas) y me recomendó que mandara el curriculum cuanto antes. Suena muy bien el trabajo y es de lo que más me entusiasma, aunque de conseguir eso igual debería contar con otro laburo ya que es muy errático. Ah, dulce imaginación. Hugo impuso su cd de The Doors, lo cual estuvo muy bien.

Más tarde, llegando con el 504 de Iván a mi casa nos sorprende el peor tango de la historia. Una cuarentona cantando: "Señor por qué los seres no son de igual valor!". Nos reimos. Tango stalinista, le digo. Y Hermes decía "¿No quieres ser parte de algo más grande que tu mismo?".



1 comentario:

J la Rata dijo...

caramba, un tango estructuralista!