viernes, 21 de diciembre de 2007

VISA

Hace 4 meses que tengo una extensión de la tarjeta de crédito de mis viejos. Me la dieron para salir del apuro y para que no me diera tanta paja comprarme ropa y zapatillas. Lo que pasa es que cuando salgo con la plata no encuentro nada que me guste y cuando por casualidad encuentro algún objeto de consumo lo suficientemente estimulante como para que pregunte y me lo lleve, nunca tengo plata.
Igual desde que tengo la tarjeta solo la usé para ponerle nafta al auto (el auto de mi vieja). Hoy por primera vez la usé para mí: una malla en 3 cuotas y debo confesar que me dio un poco de culpa.
Pero en el momento es como si te la llevaras sin pagar, dudás si irte del local. Tanto por aprender del apasionante mundo del mercado...