Veo una pintura bizantina en la que hay un tipo acostado en un lecho de cemento y otro parado a sus pies que se supone es su asesino, ambos en una cámara mortuoria cristiana oriental, muy adornada, marrón y dorada. El asesino no sabe que en realidad el tipo acostado finge su muerte, y que en cuanto se dé vuelta el muerto lo va a tomar del cuello con dos manos vigorosas y los va a estrangular ahi nomás. Ambos tienen los ojos abiertos, el asesino mira al muerto, el muerto mira al techo. Esa tensión me fascina.
El titular de cátedra (Rodríguez Otero) propone otra interpretación en su teórico y dice que el hombre en el sarcófago es Trinchero (de hecho se parece muchisimo, pienso). Todos los alumnos ríen.
Después en una charla con mate en casa le muestro el grueso libro en el que tengo una reproducción del cuadro a mi viejo, a una conocida y a una desconocida.
Discutimos los cuatro sobre su composición.
El titular de cátedra (Rodríguez Otero) propone otra interpretación en su teórico y dice que el hombre en el sarcófago es Trinchero (de hecho se parece muchisimo, pienso). Todos los alumnos ríen.
Después en una charla con mate en casa le muestro el grueso libro en el que tengo una reproducción del cuadro a mi viejo, a una conocida y a una desconocida.
Discutimos los cuatro sobre su composición.
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