martes, 25 de noviembre de 2008

Un gran día para la irresponsabilidad, un día negro para la trampa

Para mí, es así. Hablemos del deporte. Un entrenador del equipo olímpico soviético se pasó a los Estados Unidos y fue el entrenador del equipo olímpico de yatch norteamericano. Y escribió una especie de ensayo. Las regatas que compiten dependen de dos cosas: del estado atlético y mental del deportista, pero también del estado del barco. Como en las Olimpíadas todos los barcos son iguales, ahí es el estado del deportista, no la calidad del barco sino el armado del barco en el momento, la puesta a punto. Entonces este tipo tipificó a tres clases de deportistas. Unos serían los cautos: los tipos que llegan al embarcadero cuatro horas antes de la carrera, y arman todo y revisan todo. Los puntuales: los que llegan dos horas, y controlan, salen un ratito a navegar. Y los despistados o los enquilombados, que llegan a último momento. El tipo hizo una estadística y dijo: los que anan son los cautos o los enquilombados, los puntuales simpre pierden.
La explicación para la moda de la psicología de ese momento era evidentemente algo así: el tipo que llega tarde quiere drogarse con la adrenalina del estrés, que no es la misma adrenalina de la fuerza ni del entrenamiento. La confusión mental lleva a que funcionen mucho más los mecanismos automáticos. Si vos me das un libro cualquiera, yo sé qué libro está escrito con tranquilidad y qué libro está escrito con apuro, pero no a medio camino.
Fogwill, entrevistado por Ariel Schettini, Diego Peller y Fermín Rodriguez el 11/5/06 en TyAL (teórico 14)

Mi recuerdo vivo de esta cita tiene más onda, la transcripción es pésima (además de este pedazo el que desgrabó hizo mierda mi pregunta, aunque no lo culpo porque estaba muy nervioso y normalmente mi voz ya es bastante chota) pero sirve. Hoy es un gran día para los enquilombados ya que superé mi record: me llegó un mail de Martín Greco con el listado de notas de monografías. La mía era sobre Literal y la escribí la noche anterior a la entrega (el cuarto de mi saga de trabajos a los apurones). Mis delirios semidormidos sobre Lamborghini y el lacanismo obtuvieron un 10. Mis felicitaciones a los fabricantes de Speed y Cafiaspirina.

Aun más curioso es el comentario de mi profesor:

Por último, es necesario recordar que sólo fueron evaluados positivamente los trabajos de producción personal y no las transcripciones literales de trabajos ajenos descargados de la red.

En la lista que sigue figuran dos 1, de quienes, supongo, bajaron algun texto y le pusieron su nombre. Dos cosas: 1- ¿quién puede ser tan forro de estar en la facultad y no hacer su propio trabajo?. 2- ¿cómo carajo se dan cuenta los profesores? ¿googlearan fragmentos de cada trabajo? ¿realmente conocen toda la bibliografía de su campo?

En fin, recomiendo Problemas de Literatura Argentina. Al margen de esta muestra de omnipotencia por parte del cuerpo docente sobre el final me inspira admiración también por otras razones: Romano y Jarkowski transmiten muchisimo a través de sus digresiones más allá de su capacidad para conceptualizar (sobre todo Jarkowski dio clases excelentes, tuvo la ventaja frente a Romano de dar menos clases); la cursada es la más tranquila de las literaturas argentinas; los prácticos son muy abiertos y los enfoques suelen ser poco frecuentados en otras materias. Lo único malo fue que mientras el programa se fue poniendo bueno (sobre todo con el tramo final: Gambaró-Conti-Lamborghini) las energías se iban concentrando más en evaluaciones (tuve demasiadas el último mes de cursada).

1 comentario:

Ombligo Verde dijo...

eeee verde! jarkowski me tomó el final de argentina II sobre "cuerpo a cuerpo" de viñas, te acordas? jajaj y si, con carla, juan y nati acordamos si mal no recuerdo en que era una de las pocas cosas que valian la pena de la cátedra. será problemas el año que viene ya que la recomendás y no esperaste para hacerla cum me, a ver si nos ponemos a cursar algo juntos eh!