Betina Edelberg
Esta noche duró un segundo, cuando sonó el despertador tenía el cansancio de ayer y me empezaba a sangrar la nariz. Se me acaban las remeras limpias y tengo que usar pantalón de salir (agraciadamente con botones) porque ayer se me rompió el cierre del pantalón de trabajar. Qué hicieron con mis horas de sueño no lo sé, pero con gusto entregaría las de vigilia.
Termino una antología espectacular. Galaxia Borges de Eduardo Berti y Edgardo Cozarinsky, regalo de mis amiigos Juan Cruz y Leandro. Al menos cinco autores para interesarse. Ya hice lo propio con uno. Dicen enigmáticamente de Alfredo Pippig EB y EC: "A principios del siglo XXI, Pippig se ha borrado con asombrosa perfección de la memoria literaria ausente de diccionarios y diversos quien es quien, sólo asoma en los estantes de alguna librería de viejo. Luis Chitaroni sostiene que una vez Fogwill lo vio."
Veremos que tal los autores olvidados del sueño fantástico de la literatura argentina de los 40s.
Termino una antología espectacular. Galaxia Borges de Eduardo Berti y Edgardo Cozarinsky, regalo de mis amiigos Juan Cruz y Leandro. Al menos cinco autores para interesarse. Ya hice lo propio con uno. Dicen enigmáticamente de Alfredo Pippig EB y EC: "A principios del siglo XXI, Pippig se ha borrado con asombrosa perfección de la memoria literaria ausente de diccionarios y diversos quien es quien, sólo asoma en los estantes de alguna librería de viejo. Luis Chitaroni sostiene que una vez Fogwill lo vio."
Veremos que tal los autores olvidados del sueño fantástico de la literatura argentina de los 40s.